2 de junio de 2021

La biblioteca de Max Ventura

 

La biblioteca de Max Ventura es uno de esos libros que llegan a tu vida casi de casualidad. Me explico. Es un libro que compras, pero que no sabes muy bien de qué va, sí, de libros, de una biblioteca y que hay desapariciones, pero poco más. Así que lo compras porque va de libros y eso ya es un seguro.

Escrito por Leticia Sánchez Ruiz (Oviedo, 1980) y publicado por la editorial asturiana Pez de Plata, editorial de la que me declaro fan por su cuidada selección de libros y su apoyo incondicional a los autores asturianos, La biblioteca de Max Ventura es una novela de misterio y a la vez, me atrevería a decir, un ensayo sobre los libros, la literatura y el arte de escribir. Casi nada. Habla de libros y de relaciones humanas. 

La protagonista de esta historia es Julia Tompson, un escritora archi conocida pero muy celosa de su intimidad, de hecho, ha construido un personaje ficticio bastante estrafalaria para mantener su anonimato, el cual sólo es conocido por Alfredo, su marido, su hermana Ofelia y tres amigos (digo tres como quien dice cuatro o dos). La historia comienza con la misteriosa y repentina desaparición de Alfredo, un mediodía cualquiera. Julia siempre había contado con el apoyo incondicional de Alfredo y ahora no sabe cómo afrontar esta situación tan novedosa para ella. Así que para obtener soluciones, decide aceptar un aún más misterioso encargo, el ordenar la biblioteca de Max Ventura. Un hombre, también desaparecido de otra ciudad. Así que Julia, decide ir a la casa de Ventura pero una vez allí, se encuentra con Eduardo, un joven inseguro y bastante perdido que dice ser el jefe de gabinete de Ventura. Julia Tompson contará con la ayuda de su amigo Arturo c. Dola, un médico aficionado al espiritismo, también escritor y asiduo los clubs de la ciudad, un hombre que va en bicicleta, fuma puros y tiene una personalidad arrolladora. Uno de esos hombres con personalidad que todo el mundo quiere tener de amigo (yo por lo menos). Por favor Leticia, el mundo quiere un spin off con Dola.

A medida que se van sucediendo los acontecimientos, Julia reflexionará sobre cómo han influido los libros en su vida, cómo es el (su) proceso creativo como escritora, cómo una biblioteca puede darnos cantidad de datos sobre su propietario o la manía que tienen los lectores de hacerse una idea idealizada de los escritores, todos cultos, inteligentes y misteriosos.

Es un libro que hay que leer. Saborearlo. Con calma, sin prisas. Cuando acabé de leerlo, pensaba en los personajes tan bien construidos, cada uno con su personalidad y sus manías, todos humanos pero extraordinarios, los sucesos locos y surrealistas que de un día para otro pueden cambiar tu vida, pero sobre todo, y creo que hablo por la mayoría de los lectores, te hace pensar en la manera que tienes ordenada tu biblioteca. En mi caso, nunca he seguido un orden, al menos conscientemente. Pero sí que tengo las guías de viaje todas juntas, los libros de arte también agrupados, las novelas gráficas tienen su propia balda de la biblioteca y luego tengo los libros considerados como clásicos junto con los de ciencia ficción y desarrollo personal. Este libro, además de gustarme, me ha cambiado. ¿Por qué? Pues por que ya estoy pensando en cómo ordenar mi biblioteca un fin de semana, a poder ser gris y lluvioso.

Recomiendo este libro a todos los enamorados/as de los libros. Puedes comprarlo pulsando en el siguiente enlace. 


“Pero Julia Tompson sabía que escribir era otra cosa, algo difícil de explicar que no se parecía a aquello; escribir era un destino oscuro, un camino al que nunca se llega por casualidad o por una elección meditada, una vida dentro de un laberinto, un juego de espejos de la imaginación y la memoria, una escalera de caracol dentro de la cabeza, un mecanismo oculto, una intuición indefinible, un grito de furia y amor.

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