20 de noviembre de 2010

Esperando a Godot

Esperando a Godot es la obra de teatro que hizo famoso a Samuel Beckett (1906- 1989). Forma parte del "teatro del absurdo", que en este caso podíamos definirlo como el sinsentido de la existencia humana.
Samuel Beckett provenía de Irlanada, pero ya de joven se instaló en París para instalarse allí definitivamente. De hecho, a pesar que su lengua natal era la inglesa escribió la mayoría de sus obras en inglés.
Se puede resumir esta obra en una sola palabra: esperar. Los dos protagonistas, Vladimir y Estragon se pasan toda la obra esperando a Godot, hombre que no conocen. Tampoco saben el motivo que les lleva a esperar ni si realmente ese tal Godot vendrá. Para matar el tiempo hablan, se inventan juegos, se interrumpen o cambian de tema bruscamente. Al final, la angustia y la impaciencia se apoderan de ellos hasta cuestionarse si tienen una cuerda para poder ahorcarse. Mientran debaten el asunto de la cuerda y el suicidio aparecen otros dos nuevos personajes: el despótico Pozzo y su esclavo Lucky. Pozzo conduce a Lucky, el cual está amarrado con una cuerda y es la diana de todos los abusos y humillaciones por parte de Pozzo. Al día siguiente se encuentran en el mismo árbol, que es donde transcurre toda la obra con Pozzo y Lucky, pero ahora Pozzo es ciego y Lucky mudo, por lo que se preguntan si realmente sólo ha transcurrido un día desde ayer.
Lo innovador de esta obra es que no aporta nada, los personajes no evolucionan, no consiguen salir hacia delante, no se saca nada en claro.
Cuatro años después de su estreno en París, Esperando a Godot fue representado para los presos de la cárcel de San Quntín en San Francisco. Los presos opinaron que Godot era lo que hay "afuera": algo que uno espera eternamente y que cuando se alcanza resulta ser una decepción.
En 1969 Samuel Beckett recibió el premio Novel de literatura. En esta página se pueden ver numerosos poemas de Beckett.

" Cada uno cogió una punta de la cuerda y tiraron. La cuerda se rompió. Están a punto de caer.
VLADIMIR: No sirve para nada.
Silencio.
ESTRAGON: ¿Dices que mañana hay que volver?
VLADIMIR: Sí.
ESTRAGON: Pues nos traeremos una buena cuerda.
VLADIMIR: Eso es.
Silencio.
ESTRAGON: Didi.
VLADIMIR: Sí.
ESTRAGON: No puedo seguir así.
VLADIMIR: Eso es un decir.
ESTRAGON: ¿Y si nos separásemos? Quizá sería lo mejor.
VLADIMIR: Nos ahorcaremos mañana. (Pausa) A menos que venga Godot.
ESTRAGON: ¿Y si viene?
VLADIMIR: Nos habremos salvado.
Vladimir se quita el sombrero -el de Lucky-, mira el interior, pasa la mano por dentro, se lo sacude, se lo cala.)
ESTRAGON: ¿Qué? ¿No vamos?
VLADIMIR: Súbete los pantalones.
ESTRAGON: ¿Cómo?
VLADIMIR: Súbete los pantalones.
ESTRAGON: ¿Que me quite los pantalones?
VLADIMIR: Súbete los pantalones.
ESTRAGON: Ah, sí, es cierto.
Se sube los pantalones. Silencio.
VLADIMIR: ¿Qué? ¿Nos vamos?
ESTRAGON: Vamos.
No se mueven. "




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