Debo decir que ha sido toda una revelación para mí y que, me ha aliviado tremendamente ese miedo que tenía. Mucha gente puede creer o no lo que pone en el libro, pero Anita cuenta su propia experiencia, ella no tiene nada que perder ni nada que ganar inventando cosas.
Anita Moorjani tuvo un cáncer terminal que acabó con su vida durante unos instantes, unos instantes súper significativos que cambiaron la forma de pensar de Anita y algo más importante, le permitió ver lo que hay más allá, teniendo la posibilidad de volver a este mundo e iniciar así la divulgación de su experiencia.
También puedes comprar el libro en el siguiente enlace:Morir Para Ser Yo: Mi viaje a través del cáncer y la muerte hasta el despertar y la verdadera curación
Recomiendo mucho mucho la lectura de este libro, no sólo para superar nuestros miedos sino también como ayuda para darnos cuenta que formamos parte de "un tapiz transparente y universal". Algunos de los fragmentos que más me han gustado, y que a la vez son premisas, son las siguientes:
Recomiendo mucho mucho la lectura de este libro, no sólo para superar nuestros miedos sino también como ayuda para darnos cuenta que formamos parte de "un tapiz transparente y universal". Algunos de los fragmentos que más me han gustado, y que a la vez son premisas, son las siguientes:
La meditación y los cánticos son dos de los métodos usados comúnmente
para limpiar la mente de pensamientos impuros y ayudarnos en nuestro propósito
de iluminación. La meditación nos ayuda a desarrollar la consciencia de que
somos mucho más que nuestros cuerpos físicos.
La religión sólo es un camino para encontrar la verdad; la religión no es
la verdad. Es sólo un camino. Y las personas diferentes siguen caminos
diferentes.
El tiempo no corre linealmente como lo experimentamos aquí.
¿Por qué he sido tan dura conmigo misma? ¿Por qué siempre me he
maltratado tanto? ¿Por qué siempre he renunciado a mí misma? ¿Por qué nunca me
defendí y le mostré al mundo la belleza de mi propia alma?
Soy amada incondicionalmente, sencillamente por el hecho de existir.
Todos estamos conectados. Todos somos UNO y cada uno de
nosotros afecta al TODO colectivo.
Las presiones culturales que me impuse durante la vida, todas ellas se
derrumbaron (cuando morí) porque ellas eran parte solamente de la existencia
física. Nada de eso importa después de la muerte; esos valores no continuaban
en la vida del más allá. Lo único que permanecía era nuestra conexión y el amor
incondicional que sentíamos los unos por los otros. Así que por primera vez,
realmente me sentí adorada y protegida ante la presencia de mi padre. Me sentía
increíble, ¡como si finalmente hubiera retornado a casa!
El cuerpo es sólamente el reflejo de mi estado interno.
Cuando volví de mi ECM, vi la divinidad en cada cosa- cada animal e
insecto. Desarrollé un interés mayor en el mundo natural de lo que había hecho
antes. Ni siquiera podía matar a los mosquitos que zumbaban a mi alrededor.
Ellos eran formas de vida y necesitaban ser respetados como tales. Ellos tenían
un propósito para existir; yo no sabía cuál era, pero simplemente sabía que lo
tenían de la misma manera que yo lo tenía.
No hemos creado una sociedad que promueva la sanación mental tanto como
la física.
Entendí que la verdadera felicidad y gozo sólo los podría encontrar
amándome a mí misma, entrando en mi interior, siguiendo a mi corazón y aquello
que me diera alegría.
Nuestros sentimientos son realmente los que manejan nuestra realidad
física.
Es importante tener una actitud buena y positiva en cada momento de
nuestras vidas aunque no le veas la razón para hacerlo.
Nuestra única obligación es siempre ser fieles a nosotros mismos y…permitir.
Todo pasa cuando estamos listos para
suceda.
A la mayoría de nosotros se nos enseña, desde muy pequeños, a tener
miedo, aunque no creo que hayamos nacido de esa forma.
Lo importante, es la ausencia de creencias para la sanción.
Si puedo aceptar que mi entendimiento
es incompleto y soy capaz de estar cómoda con la incertidumbre, esto me abre al
reino de las posibilidades.
Sufrimos de una inseguridad exagerada, de juzgamientos y de
condicionamientos.
Cuando me doy cuenta que se me están
colando algunos pensamientos negativos, lo mejor es permitirles que pasen con
aceptación y sin juicio. Cuando trato de suprimirlos o me obligo a cambiar mis
sentimientos, entre más trato de sacarlos, más empujan ellos para entrar. Sólo
con permitir que fluyan a través de mí, sin juzgarlos, yo veo que los
pensamientos y emociones pasan. Como resultado, el camino correcto se
desenvuelve de una manera totalmente natural, permitiéndome ser quién de verdad
soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Dale vidilla al asunto!