Hace poco me hice donante de órganos y tejidos y me siento muy feliz por ello. Es una experiencia única y animo a todo el mundo a que lo haga, a que salve vidas.
Hablando un día con Anita salió el tema, y me contó que ella ya se había hecho donante. Si tienes la oportunidad de salvar vidas una vez que mueras ¿qué problema hay? La verdad es que lo vi claro y me puse a ello. Contacté con la Consejería de Sanidad, me dieron cita y allí fui. Además de mi presencia, hay que ir con dos testigos, los cuales deben de llevar su DNI original. Una vez allí, rellenas un cuestionario y listo. Ya en casa, te mandan unos papeles al correo, papeles que hay que guardar. Y para dar más legitimidad, sería conveniente escribir en vida un testamento vital donde escribas de tu puño y letra, que eres donante. Díselo a tu pareja, familiares, hijos... a todos.
Donar órganos es el gesto más altruista que tiene el ser humano. España es uno de lo países sino el que más donantes tiene, otros, como Colombia están bajo mínimos y la mayoría de los pacientes mueren en la espera (ya que la incompatibilidad entre parientes es altísima).
Cuando yo muera, mi ciclo vital se habrá acabado para mí, pero si tienes la oportunidad de alargar más la vida de otra gente ¿Porqué no hacerlo? Es algo natural.
En la página de la Organización Nacional de Trasplantes tienes mucha información sobre el tema, y si estás interesado, aconsejo que te pases por ella para decidirte.
Porque hablar de donar órganos no es hablar de muerte, es hablar de salvar vidas.
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