El rasgo principal de este autor es el positivismo, lo bueno que es vivir, la capacidad de alegría frente a la adversidad. Destacan el libro de relatos Mi nombre es Aram (1940) y la novela La comedia humana (1942). Sus obras de teatro, líricas y construidas de forma flexible, son Mi corazón está en las tierras altas, que obtuvo grandes elogios en su estreno en 1939, y El momento de tu vida, por la que ganó el Premio Pulitzer en 1940, aunque lo rechazó, de forma característica en él, al considerar que su obra era tan meritoria como las de los demás.
La comedia humana nos relata la vida cotodiana de Ithaca, un pequeño pueblo americano, desde la visión de Homero Macaulay, un niño de 14 años que trabaja en la oficina de telégrafos dando telegramas en mano a la gente. Homero tiene un hermano pequeño llamado Ulises, una hermana mayor que se llama Bess y el hermano mayor, Marcos, el cual está en el ejército. Su padre murió y junto a su madre, la familia Macaulay vive con poco pero feliz.
Esta novela de Saroyan me ha encantado. Me declaro fan de este autor. Su positivismo crea adicción en quien lo lee.
·
“Está
bien, Homero Macauley. Eres el chico que necesita esta oficina para el servicio
nocturno. Probablemente eres el objeto más veloz del valle de San Joaquin.
Algún día serás también un gran hombre, si vives. Así que procura vivir.”
“ “Grande” Chris escuchaba al
propietario del almacén de artículos de caza con la atención de un muchacho, y
detrás del Ulises Macaulay escuchaba con idéntica fascinación, metiéndose entre
los dos hombres para poder contemplar mejor la trampa. Míster Covington tenía
la impresión de que Ulises pertenecía a “Grande” Chris, y “Grande” Chris tenía
la impresión de que Ulises pertenecía a Míster Covington, por lo cual no había
ninguna razón para que cualquiera de los dos se preocupara por la presencia del
pequeño. Y el propio Ulises tenía la impresión de que él pertenecía a cualquier
parte donde existiera algo interesante que ver.”
-¿Por qué lloré anoche, viniendo
hacia casa?
- Fue la piedad lo que te hizo
llorar- dijo su madre- . Piedad y compasión, no por esta persona o por aquélla
que está sufriendo, sino por todas las cosas, por la verdadera naturaleza de
las cosas. A menos que sienta piedad, un hombre es inhumano y no es en realidad
un hombre, ya que de la piedad surge el bálsamo que cicatriza. Sólo los hombres
buenos lloran. Si un hombre no ha derramado su llanto ante el dolor del mundo,
vale menos que el barro que pisa, ya que el barro produce semillas, raíces,
tallos hojas y flores, pero el espíritu del hombre sin piedad es estéril y no
produce nada, o solamente produce orgullo que tarde o temprano le llevará al
asesinato, de una forma u otra, al asesinato de las cosas buenas, o hasta
quizás al asesinato de seres humanos.”
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