17 de enero de 2012

Fiesta y aventuras

Un lugar equivocado

Un lugar equivocado trata sobre todo de las relaciones humanas, del intrincado funcionamiento de la mente y esa tonta manía que tenemos de amargarnos la vida sin razón.
La historia transcurre durante tres fiestas. En la primera tenemos a Gary, un tipo aburrido y sencillo que organiza una fiesta en su casa para reunir a los compañeros de instituto. Todos van a la fiesta pero no por Gary ni por la reunión, sino por que quieren ver a Robbie, un tío súper carismático amante de la fiesta al que todos quieren, hombre y mujeres. Al no venir Robbie los asistentes se van y dejan al pobre Gary solo. En la segunda parte tenemos a Naomi, una chica discreta que acaba de salir de una relación y está de lo más embajonada. Así que decide salir con una amiga para alegrarse un poco aunque al principio no tenga muchas ganas, y eso que la amiga le deja sus zapatos de "follar" ya que siempre que se los pone triunfa. Pues bien, parece que los zapatos funcionan por que esa noche Naomi conoce a Robbie y se le irá toda la tristeza. Y en la tercera parte, Gary (el del principio) irá a ver a Robbie a su fiesta. Robbie lo recibirá fenomenal y tras unos bailes y conversaciones interesantes acaban haciendo esgrima.
Por tanto el principal personaje es Robbie al cual lo dota de un gran carisma. Se puede resumir de la siguiente manera: Gary está tan metido en sí mismo y con tantos prejuicios que no conseguirá ser feliz. Naomi necesita una ayudita para quitarse el caparazón y lograrlo, mientras que Robbie es la felicidad personificada.
Es un comic muy vivo donde la historia tiene tanta importancia como las ilustraciones, las cuales son bien coloridas y parecen dibujadas como si fueran acuarelas. Son dibujos sencillos e intimistas, que parecen que nos transportan a un mundo onírico donde todo puede ser realidad.
El autor es el belga Brecht Evens, el cual ganó el Premio a la audacia en el prestigioso Festival Francés de Angouleme del año pasado.
Cómic muy recomendado.


Robinson Crusoe

Bueno, y qué puedo decir de un cómic que se llama Robinson Crusoe... Pues que es una adaptación al cómic de la famosa novela que escribió Daniel Defoe (1660- 1731).
Para los que no conocen la historia, si es que hay alguien, contaré a rasgos generales la trama principal. Nuestro protagonista, Robinson Crusoe, es un aristócrata que rompe con su familia y decide ver mundo y vivir mil aventuras. Pero a Crusoe no se le da nada bien eso de ser marinero y acaba naufragando en una isla desierta. Con lo cual tendrá que hacer frente a la soledad, superviviencia y sobre todo, luchar contra la locura de estar completamente aislado de la sociedad. Al cabo del tiempo, acaba haciéndose un hogar en la isla.
Este personaje, fue posteriormente un paradigma del hombre moderno que acaba conociéndose a sí mismo y que fomenta los valores del trabajo y la moral. De hecho, Rosseau lo utilizó como modelo de ejemplo en sus escritos.
Daniel Defoe escribió esta novela en 1719 basándose en la historia real de Alexander Selkirk, un marinero escocés que fue abandonado en una isla desierta donde sobrevivió entre 1704 y 1709. Su éxito fue enorme y se han hecho numerosas ediciones con ilustraciones del mismo. Defoe también escribió obras como Moll Flanders o Diario del año de la peste. Casi todas sus obras tienen el tema de aventura marinera ya que Defoe era un enamorado de los viajes.
La edición de este cómic refleja muy bien el espíritu de la obra, el dibujo es clásico y el texto está a la altura de este clásico.

Aquí tenemos una adaptación cinematográfica llevada a cabo por Luis Buñuel.



"En la cabina del capitán hallé una caja con 36 libras esterlinas en monedas europeas, brasileñas y algunas piezas de oro y plata. Sonreí a la vista de aquel dinero. ¿Para qué me sirves?', exclamé... Pero luego lo pensé mejor y tomé el dinero.
Mis pensamientos estaban ahora consagrados a encontrar los medios de asegurarme contra los salvajes y las bestias que pudiera haber en la isla... Calculé aquello que necesitaba en forma indispensable: en primer lugar agua dulce y aire saludable; luego abrigo y seguridad; finalmente, que si Dios me enviaba algún barco por las cercanías, no perdiera yo esa oportunidad de salvarme.
En el barco encontré plumas, tinta y papel, e hice lo indecible por economizarlos; mientras duró la tinta pude llevar una crónica muy exacta, pero cuando se terminó me hallé imposibilitado de continuarla, ya que no pude hacer tinta a pesar de todo lo que probé. Esto vino a demostrarme que necesitaba muchas cosas fuera de las que había acumulado. Habiendo conseguido acostumbrar un poco mi espíritu a su actual condición y abandonando la costumbre de mirar al mar por si divisaba algún navío, me apliqué desde entonces a organizar mi vida y a hacerla lo más confortable posible... Fabriqué una mesa y una silla.
"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Dale vidilla al asunto!