3 de abril de 2010

Hablando del diablo

Beto Hernández, es uno de los historietistas con mayor proyección internacional, ya que toda su obra, junto a la de su hermano Jaime, se edita principalmente en Estados Unidos, y posteriormente en España. Beto y Jaime, son muy conocidos por sus colaboraciones en la revista de cómics Love and Rockets.
Love and Rockets, es algo así como "El Referente" del cómic independiente. Tal es así que han influido estéticamente sobretodo, en numerosos artistas que hoy gozan de gran prestigio en el mundo comiquero. Escrita y dirigida por los Hermanos Hernández (Beto y Jaime, con una breve colaboración de Mario) expresaban un espíritu punk y callejero, estética de los años cincuenta, así como una cierta influencia pulp. La revista se convirtió, a lo largo del tiempo en icono de lo que hoy llamamos movimiento indie (abreviatura pija de independiente). Para que nos hagamos una idea, Daniel Clowes (hoy famosísimo por Ghost World) o Chis Ware, empezaron a publicar bajo la clarísima (por no decir, obvia) inlfluencia de los hermanos Hernández.
Los hermanos Hernández (también llamados familiarmente Bros Hernández) están asentados en California, pero sus antepasados son mejicanos, de ahí viene que sus obras sean más latinas que americanas, aparte del nombre y apellidos, claro está. A modo de mini resumen, diremos que nació en Oxnard (1957, California, USA) en una familia de inmigrantes mexicanos, vuelvo a repetir. Lo del mundo del cómic le viene ya desde pequeño, ya que en su casa eran seis hermanos, y todos leían y dibujaban cómics.
De Beto Hernández, es bastante conocida la saga Palomar, también editada, al igual que Hablando del diablo, en Ediciones La Cúpula. Otras obras suyas son Luba, tres hermanas, Río Veneno o Calor Humano.
Junto a su hermano Jaime, tienen una página oficial en Fantagraphics, aunque actualmente está sin servicio.
El argumento de Hablando del diablo es el siguiente: En el vecindario hay un mirón rondando, y lo único que se sabe, es que este mirón lleva una máscara del demonio. El mirón resulta ser una mirona, la gimnasta Val Castillo, y lo que empieza siendo un juego inocente acaba desembocando en un trágico, oscuro y macabro final.
Y ya para terminar, un dato curioso. Hace unos meses leí el cómic "La educación de Hopey Glass", del hermano Jaime. Pues bien, ni mencioné este comic en el blog por que lo dejé a la mitad, me aburrió, no le cogí el gusto. No me llegó vamos. Y ahora me entero que este comic es considerado como una de las mejores obras del 2008, con grandes elogios y poniendo reseñas y críticas por las nubes de buenas.
Éste es un claro ejemplo, de que lo que a todo el mundo le gusta no tiene por qué gustarte a ti. Como los clásicos. Vale que sean clásicos y que "hay que verlos", pero el hecho de que algunos entendidos en la materia nos digan que tal o cual sea una obra maestra, no quiere decir que lo que digan estos señores/gente vaya necesariamente a misa.
¡Viva el criterio propio!

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