31 de marzo de 2010

Yo acuso, el poder de la palabra.

"La verdad está en marcha y nada la detendrá"

Escritor francés y fundador del movimiento naturalista. Zola nació en París, el 2 de abril de 1840, hijo de un ingeniero civil italiano. Tras la muerte de su padre, la familia vivió en la pobreza. Su primer trabajo fue el de empleado en una editorial. A partir de 1865 se ganó la vida escribiendo poemas, relatos y crítica de arte y literatura. Su primera novela importante, Thérèse Raquin (1867), es un detallado estudio psicológico del asesinato y la pasión, y el que sería la obra que da inicio al naturalismo. Más tarde, inspirado por los experimentos científicos sobre la herencia y el entorno, Zola decidió escribir una novela que ahondara en las profundidades de todos los aspectos de la vida humana, que documentara los males sociales, al margen de cualquier sensibilidad política. Asignó a esta nuevo estilo literario el nombre de naturalismo y escribió una serie de veinte novelas entre 1871 y 1893, bajo el título genérico de Les Rougon-Macquart, con el fin de ilustrar sus teorías a través de una saga familiar. La obra consta de veinte novelas y se inicia con La fortuna de los Rougon en 1871.
Zola fue muy criticado por exagerar la vulgaridad de las clases más desfavorecidas.
No debemos olvidarnos del naturalismo, y hablar un poco de este movimiento fundado por Zola a finales del siglo XIX. Es un estilo literario, basado en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más bellos como los más vulgares. Zola expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880). El naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive. En España sus máximos exponentes fueron Galdós, Clarín y Blasco Ibáñez.

Desde 1897, Zola se implicó en el caso Dreyfus, militar francés de origen judío culpado falsamente por espía. El novelista interviene en el debate dada la campaña antisemita, y apoya la causa de los judíos franceses. Todo empieza de la siguiente manera:
En 1894, los servicios de contraespionaje del Ministerio de la Guerra francés interceptan un documento dirigido al agregado militar alemán en París, en el que se menciona el anuncio del envío de informaciones concretas sobre las características del nuevo material de artillería francés. El riesgo de escándalo resulta más preocupante que la propia filtración; había, pues, que encontrar a un culpable. Se acusa al capitán Alfred Dreyfus, de treinta y cinco años, judío y alsaciano, de ser su autor. Se inicia el Caso Dreyfuss.
Dreyfus es arrestado, juzgado por un consejo de guerra y declarado culpable de alta traición. Pese a las declaraciones de inocencia del acusado (declaraciones que no se hacen públicas), se lo condena a cumplir cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana francesa. Hasta ese momento, nadie duda de la existencia de las pruebas. Únicamente la familia de Dreyfus, convencida de su inocencia, habla de error judicial y busca apoyos entre los políticos y la prensa para conseguir la revisión del juicio. En marzo de 1896, el coronel Picquart, descubre un telegrama que no deja dudas sobre la inocencia de Dreyfus. Informa a sus superiores y expresa su convicción de que fue un error atribuirle el escrito. El Estado Mayor destina a Picquart a la frontera del este y, posteriormente, a Túnez (vamos, se lo quita de en medio por que molesta). Los tribunales militares, dominados por los grupos de extrema derecha y antisemitas, se niegan a revisar el caso Dreyfus y tratan de sofocar el escándalo, pero no logran evitar que algunos rumores alerten a personalidades de la izquierda. Por entonces, un indignado Zola se decidió a usar su influencia como destacado escritor para denunciar la injusta situación en la que se hallaba Dreyfus. Para ello escribió una carta abierta al presidente francés Félix Faure, y contenía fragmentos que no dejaban lugar a dudas acerca del nefasto proceder de unos militares corruptos. Zola puso toda la carne en el asador.Por esta carta recibió amenazas de distintos tipos y sectores, fue juzgado y condenado y debió enfrentar el exilio en Inglaterra. Semanas después se confirmó que el documento que se utilizó para comprometer a Dreyfus en el juicio era falso.
Zola regresa de su exilio y el Gobierno renuncia a tomar medidas contra él. Dreyfus es trasladado a Francia, se somete a un segundo juicio y de nuevo lo condenan los tribunales militares, que no acceden a reconocer el error judicial que se cometió antes. Hasta 1906 no obtendrá Dreyfus la rehabilitación en el ejército. Cuatro años antes, en 1902, Emile Zola muere misteriosamante asfixiado en su casa, debido a las exhalaciones de una chimenea. Desde 1898, Zola había recibido numerosas amenazas de muerte, al igual que su abogado, pero este "caso" nunca llegó a esclarecerse. Que raro, ¿no?.
Con sus artículos, en los cuales Zola mostraba su descontento e indignación por este embrollo de corrupción militar-político sin omitir detalles ni nombres, en el mundo del periodismo se empezó a hablar de una nueva figura, el intelectual comprometido. Zola es un magnífico ejemplo, utilizó su influencia como escritor, y las palabras que salían de su pluma para mostrar su opinión como ciudadano libre que tiene el derecho de la libre expresión. Aunque con los sucesos que le ocurrieron posteriormente, se puede comprobar que términos como libertad de expresión, o democracia se quedan simplemente en eso, palabras vacías sin contenido. Palabras que suenan bien, y que son utilizadas hasta el exceso por los políticos para llegar conseguir la alienación, e idiotización de la masa. Para que no se cuestione el poder, para que les dejemos trabajar sin armar jaleo, para que sigamos siendo meros peones en un mundo donde nosostros, nada tenemos que ver.



Sobre la manipulación que ejerce la prensa:
"Una vez más, la prensa inmunda satura a la opinión pública con excesivas mentiras e infamias. Se empeña demasiado en que las personas honradas sean bribones y que los bribones sean sean personas honradas, Lanza demasiadas patrañas que ya no se creen ni los niños. Se ve desmentida con demasiada frecuencia, ofende al sentido común y la integridad más elemental."

Extracto de la Carta al Presidente de la República, Monsier Loubet:
"El caso Dreyfuss sirvió para demostrar qué peligros amenazaban a la Repuúlica bajo el doble complot del clericalismo y el militarismo, que actuaban en nombre de todas las fuerzas reaccionarias del pasado. Por lo tanto, el plan político del gabinete es muy sencillo: deshacerse del Caso Dreyfuss sofocándolo, dando a entender a la mayoría que, si no obedece dócilmente, no obtendrá las promesas prometidas. Todo eso estaría muy bien, si, para salvar a la nación de la ponzoña clerical y militar, no la hubieran arrojado a esa otra ponzoña del embuste y de la iniquidad en que agoniza desde hace tres años."

2 comentarios:

  1. ¡que falta nos hace un zola hoy en día!

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  2. Ya te digo. Se necesitan personas públicas que utilicen su posición para dar a conocer el descontento y rabia de los que formamos el pueblo. Que aquellos cuatro hp. que manejan la política y por consiguiente nuestras vidas, se vean presionados. A toda la gente, ya sea personaje público o no, ¡hay que mojarse! Que sepan de nuestra indignación. Hay que unirse, pero para la unión hace falta compromiso,algo que en estos tiempos no se deja ver y es de eso de lo que se aprovechan estos impresentables. Sí, hacen falta más Zolas.

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