Paco Ibáñez

Paco Ibáñez (1934) es un importante cantautor valenciano, cuya trayectoria artística la ha dedicado, casi íntegramente, a realizar versiones de poetas españoles e iberoamericanos, tanto clásicos como contemporáneos.
De padre valenciano y madre vasca es el menor de 4 hermanos. Pasa su primera infancia en Barcelona (donde reside actualmente), y más tarde en París, donde su familia se verá obligada a exiliarse tras la guerra civil, ya que su padre era un militante anarquista. Después de una separación entre la familia (el padre fue arrestado y conducido a campos de trabajo para republicanos españoles en Francia, y el resto de la familia se dirige a San Sebastián), se instalan de nuevo en París, y es en esta época, donde Paco descubre a Georges Brassens y Atahualpa Yupanqui, que tendrán un papel muy relevante en la trayectoria musical e ideológica en Ibáñez, así como a Leo Ferré y el existencialismo, en aquella época en pleno auge.
En 1956, realiza su primer disco con poemas de Luis de Góngora y García Lorca. Desde un primer momento el disco tiene un éxito absoluto. El siguiente disco aparace ya con poemas de múltiples autores como son Alberti, Góngora, Blas de Otero, Gabriel Celaya, Miguel Hernández o Francisco de Quevedo. Mientras tanto, funda con otros activistas culturas "La Carraca", donde se presentan espectáculos en lengua castellana. Durante la Dictadura de Franco, Ibáñez es uno de los muchos ártistas censurados, se le prohíbe cualquier actuación en territorio español, lo que le hace volver a París y viajar por los países de América Latina. Años más tarde de la muerte de Franco, volverá a España.
En 1983, el gobierno de Mitterrand, le otorga la medalla de las artes y las letras, que rechazará, explicando que "Un artista tiene que ser libre en las ideas que pretende defender. A la primera concesión pierdes parte de tu libertad. La única autoridad que reconozco es la del público y el mejor premio son los aplausos que se lleva uno a casa." En el 87 se la volverán a conceder y Paco la volverá a rechazar, así como todos los demás premios posteriores.
Paco Ibáñez tiene una web muy buena, en ella podemos ver sus conciertos, fotos, discografía, a todos los poetas a los que ha puesto música además de un interesante resumen de su vida.
Paco Ibáñez dice que “le gusta ser un atizador de conciencias” y que espera que sus canciones ayuden a “sembrar conciencias”. Y lo consigue, con una elegancia que muy pocos pueden permitirse.
Nadie como él ha sabido fundir dos artes como son la música y la poesía, y denunciar lo que nadie se atrevía a denunciar. Reivindicar con poesía.

"En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria y cuando la crueldad se extiende por doquier
fría y robotizada
aún queda mucha buena gente en este mundo que escucha una canción o lee un poema..."

La poesía es un arma, de Gabriel Celaya.



Porque vivimos a golpes
porque apenas sí nos dejan
decir que somos quien somos.
Nuestros cantares no pueden ser
sin pecado un adorno;
estamos tocando el fondo,
estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía
concebida como un lujo
cultural por los neutrales,
que llenándose las manos
se desentienden y evaden,
maldigo la poesía
de los que toman partido
partido hasta forrarse.

Y la canción, "Lo que puede el dinero", del Arcipreste de Hita.



Otras canciónes que me gustan especialmente son: "Es amarga la verdad", de Francisco de Quevedo y "La mala reputación" del poeta francés Goerges Brassens.

En ésta última dice:
"No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe.
Cuando la fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual
que la música militar nunca me supo levantar
En el mundo pues, no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado."

Y siguiendo la estela de reinvindicación que nos ha dejado Paco Ibáñez, voy a aprovechar para acabar con un fragmento del discurso de la película "V de Vendetta".

Los símbolos tienen el valor que les da la gente, por sí solo un símbolo no significa nada.
Justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras, son ideales.
Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero años más tarde sus ideales pueden seguir cambiando el mundo.

Este país necesita algo más que un parlamento, necesita esperanza.
Durante siglos, nuestros gobernantes han desobedecido la voz del pueblo, y ahora se dan cuenta de lo estrepitosa que puede ser.
El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo.

Una mente abierta puede cambiar el mundo. Debes ver, tras ver, atraverte a hacer.
Todos somos especiales. Todos somos héroes, amantes, locos, villanos, todos. Todos tenemos una historia que contar.

¿Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo?
Cuando llevas tanto tiempo una máscara, olvidas lo que hay debajo
Naciste en esa, tu cárcel. Llevas tanto tiempo dentro que ya no crees en la libertad.

Nada es seguro y todo es posible.
Nuestra integridad vale tan poco... pero es todo lo que tenemos, es el último centímetro que nos queda de nosotros. Si salvaguardamos ese centímetro, somos libres.

Las palabras siempre conservarán su poder.
Las palabras hacen posible que algo tome significado, y si se escuchan
enuncian la verdad.
Y la verdad es...que este en este país algo va muy mal.